Espero que os pueda ayudar esta presentación vista en clase. Os recuerdo que habéis de completarla con las anotaciones que hemos ido introduciendo en clase.
TEMA DESARROLLADO DE LAS VANGUARDIAS
LAS VANGUARDIAS EN EUROPA, ESPAÑA E HISPANOAMÉRICA
La agitación política y social vivida en Europa a comienzos del siglo XX tuvo su reflejo artístico en un movimiento que reaccionaba contra el orden establecido, la vanguardia. Esta supone un ataque al racionalismo y a la idiosincrasia burguesa. La crisis de valores que se produce tras la Gran Guerra causa una desconfianza hacia las democracias y favorece la radicalización de la sociedad, que gira hacia el fascismo o el comunismo. Durante el periodo de entreguerras se vive una auténtica revolución intelectual que nace, entre otras, de la influencia de la teoría psicoanalítica y del marxismo.
Este periodo se ve marcado por dos grandes acontecimientos: la I Guerra Mundial y la Revolución Rusa, que estalla en 1917. El primero de ellos, a pesar de la neutralidad del estado español, condiciona notablemente los posicionamientos de los autores. Además, la Gran Depresión generada por el Crack del 29 marcará también este periodo como un momento de gran convulsión social, política y económica.
En España, el sistema de alternancia de partidos se mantuvo hasta el golpe de estado de 1923, que dio lugar a la dictadura de Primo de Rivera. En 1931 se proclama la II República, acontecimiento de gran relevancia para los intelectuales españoles, que se prolongará hasta el golpe de estado del general Franco en 1936. Se trata de un momento histórico especialmente complejo, en el que perduran además algunos de los grandes problemas de España que fueron claves para la Generación del 98 como el atraso de España con respecto a Europa. A partir de los años 20 el panorama internacional se verá profundamente conmocionado por la aparición de las vanguardias, algunas de las cuales, prolongarán su influencia en las décadas posteriores.
Los movimientos de vanguardia, también llamados “ismos”, quieren romper con la lógica, con el sentimentalismo y van en contra de las normas y el clasicismo. Son abundantes y fugaces y buscan la originalidad mediante la experimentación. Las corrientes vanguardistas elaboran manifiestos, unos documentos fundacionales que contienen el espíritu del nuevo “ismo”. A pesar de que el término “vanguardia” engloba distintos movimientos y posiciones, podríamos destacar tres características principales presentes en ellas: el antirrealismo, el primitivismo y el irracionalismo. El antirrealismo tiene que ver con la ruptura de la concepción aristotélica del arte como mímesis o imitación, idea que va a ser sustituida por el arte como creación. El primitivismo es el resultado del rechazo de ciertas vanguardias del hombre occidental y su búsqueda, en modelos de vida y manifestaciones artísticas de pueblos indígenas, de expresiones culturales más puras. En cuanto al irracionalismo, se corresponde con el rechazo de la razón y de la ciencia en favor del subconsciente y de lo onírico. Podemos clasificar las vanguardias en experimentales (relacionadas con el arte puro y la deshumanización del arte) y las vanguardias críticas (que implican una rehumanización del arte).
Vanguardias experimentales.
El futurismo tiene su origen en la publicación en 1909 del “Manifiesto futurista” de Marinetti y se caracteriza por la fascinación por los avances tecnológicos. Entre sus técnicas están la destrucción de la sintaxis y la omisión de los signos de puntuación. El cubismo, cuyo principal exponente es Apollinaire, creador de los caligramas, surge de la pintura de Picasso y Braque y pretende plasmar la realidad desde diferentes puntos de vista. El dadaísmo, de Tristan Tzara, pretende aniquilar la cultura, la expresión y el arte. Rastrea lo más primitivo del hombre, de ahí que busque lo absurdo, lo infantil y la destrucción de lo lógico. Los dadaístas desarrollan un fuerte componente lúdico y se muestran convencidos de que cualquier cosa puede construir arte. Cultivaron la poesía fonética, el “collage” y el “Ready-made”.
Vanguardias críticas
El expresionismo es el único “ismo” que no niega radicalmente la tradición. Antes de que se inventara el nombre, España ya contaba con una tradición artística expresionista, que unía a Quevedo, Goya y Valle-Inclán. A principios del XX, se desarrolla especialmente en Alemania, Centroeuropa y los países nórdicos. Desea pintar una realidad insoportable y deprimente por medio de trazos gruesos, una estética deformante, personajes extraños, ambientes crudos, uso libre del lenguaje, situaciones absurdas y una visión atormentada y pesimista del mundo. Sus representantes más destacados son el narrador checo Franz Kafka y el dramaturgo alemán Bertolt Brecht.
El surrealismo fue fundado por André Bretón. Muestra interés por el subconsciente, los sueños y los mecanismos mentales no sometidos a la razón. Su base intelectual es el psicoanálisis y utiliza como técnicas la escritura automática o el “cadáver exquisito”, consistente esta última en que varios escritores participen en la misma obra sin conocer lo escrito por quienes lo preceden. En España tendrá una gran influencia en la Generación del 27, en el Alberti de Sobre los ángeles, el Lorca de Poeta en Nueva York y sobre todo el Aleixandre de La destrucción o el amor.
Vanguardias en España.
En España también se desarrollaron movimientos de vanguardia. El creacionismo pretende crear el mundo con las palabras del poeta, lo que supone prescindir de la anécdota y de la descripción. Buscan una imagen múltiple que señale simultáneamente a tantas realidades distintas que no remita de forma específica a ninguna y goce, por tanto, de significado autónomo. Resulta fundamental la aportación de Juan Larrea y del chileno Vicente Huidobro, que exhibieron una inusual capacidad para la invención de nuevas imágenes. Altazor, dividida en siete cantos, supone una profunda reflexión lírica y metafísica, que juega con un lenguaje buscando sus límites expresivos.
El ultraísmo, impulsado por Rafael Cansinos Assens, pretende unificar todas las vanguardias deshumanizadas. Guillermo de Torre, en Hélices, forja una poética nueva buscando interpretaciones originales a situaciones y objetos cotidianos y renunciando al sentimiento. Borges se interesó por este movimiento y lo exportó a América. Para él, caracterizan el ultraísmo la eliminación de todo adjetivo o nexo inútil, la renuncia a cualquier adorno, la búsqueda de nuevas disposiciones tipográficas, la eliminación de la rima, el uso de metáforas chocantes y el canto a los objetos del mundo moderno (automóvil, bombilla, cinematógrafo).
Ramón Gómez de la Serna fue un agitador cultural empeñado en introducir en España la modernidad y las vanguardias. Escribió biografías, memoria, teatro y novelas, pero se hizo especialmente célebre por sus greguerías: textos brevísimos que mezclan la metáfora, el lirismo y el humor. Para abordar las vanguardias en Hispanoamérica hemos hablado ya de Borges y de Huidobro. Tras su etapa modernista, el peruano César Vallejo se convierte en una referencia mundial de las vanguardias con Trilce, donde experimenta con la sintaxis, inventa palabras y toma técnicas del dadaísmo y del surrealismo. Su afán experimental hace que la poesía resulte a veces hermética e incomprensible. El nobel chileno Pablo Neruda se mostró muy crítico con las vanguardias, pero muestra en su obra una fuerte influencia del surrealismo y otros ismos en Residencia en tierra. En México, el estridentismo unió características del futurismo y del dadaísmo. Por su parte, en Argentina, el martinfierrismo supone la cristalización del ultraísmo, más la incorporación del futurismo y surrealismo.
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