Texto que explica cómo es una persona, animal, planta, lugar o realidad, ya sean reales o imaginarios.
Según la actitud del emisor puede ser:
a) Descripción técnica: el emisor pretende dar información, una visión objetiva de lo descrito. No se incluyen valoraciones ni opiniones. Estas descripciones se caracterizan por utilizar un vocabulario específico y adjetivos que atribuyen cualidades objetivas al sustantivo.
b) Descripción literaria: El emisor ofrece una visión subjetiva (personal) de la realidad, incorporando sus apreciaciones u opiniones (lo que le sugiere y hace sentir lo descrito). En estas descripciones se emplean adjetivos valorativos, que incluyen la apreciación del emisor, esto es, que atribuyen cualidades subjetivas al sustantivo; comparaciones; y metáforas.
EJEMPLOS DE LO ESTUDIADO:
Descripción literaria
Este local albergaba el café del pueblo. Las paredes son de color blanco y el suelo combina baldosas negras y blancas. A la izquierda se puede ver la barra que mide 5 metros, delante se conservan siete taburetes de madera. En la estantería permanecen alineadas botellas de vino y de licores.
Las mesas están dispuestas frente a la barra. Son rectangulares, el tablero es de mármol blanco y las patas son de hierro. Rodean cada mesa cuatro sillas tapizadas con tela roja.
En el fondo del local y a modo de decoración podemos observar tres botas que habían almacenado vino.
Este local albergaba el café. Sus paredes han sido las páginas en blanco donde se ha escrito la vida del pueblo y su suelo es un ajedrez acabado en jaque mate. A la izquierda, la barra larga ha unido conversaciones, vecinos e incluso algunos amantes. En sus altos taburetes se han sentado los más apasionados forofos del fútbol y los lectores más afamados de noticias. En la estantería las botellas de vino y de licores esperan, aguardan una última oportunidad para entablar conversación.
Las mesas esparcidas frente a la barra, escuchan expectantes el silencio. Su mármol está frío, sus patas las elevan sobre el vacío. Ya nada acaricia su superficie y ansiosas esperan las caricias de las fichas del dominó o quizá, con más suerte, el contacto de una suave tela verde. Las sillas alisan su tela roja, quieren, coquetas, estar guapas para acoger a sus invitados. En el fondo del local observan atónitas tres botas de vino estériles, inútiles, abandonadas
- Se observan metáforas como la identificación de las paredes con las páginas en blanco o del suelo con un ajedrez por las baldosas blancas y negras.
CLASES DE DESCRIPCIONES SEGÚN LA REALIDAD DESCRITA
Ejemplo: Al fondo de la plaza se elevaba el Ayuntamiento, un edificio encalado, con un largo balcón en el primer piso y ventanas enrejadas en la planta baja. Junto al portalón de piedra, en letras doradas, se podía leer la inscripción CASA CONSISTORIAL.
Prosopografía: se describe el aspecto físico de la persona.
Etopeyas: se centra en rasgos de carácter.
Retrato: recoge el aspecto físico y la forma de ser.
Caricatura: es un retrato que exagera o distorsiona la apariencia física de alguien.
Ejemplo de prosopografía:
Era joven bonitilla, esbelta, de una blancura inverosímil de pura alabastrina; las mejillas sin color, los negros ojos más notables por lo luminosos y vivarachos que por lo grandes; las cejas increíbles, como indicadas en arco con la punta de finísimo pincel; pequeñuela y roja la boquirrita, de labios un tanto gruesos, orondos (...) castaño el cabello y no muy copioso.
Tristana, de Benito Pérez Galdós.
Ejemplo de etopeya
Rosa, mi abuela, era una mujer cálida y amable, siempre dispuesta a estar ahí para ti, y aunque no era una mujer de mente abierta y moderna, sí era una mujer que sabía escuchar a todo aquel que necesitara ser escuchado, entendía tus problemas y siempre daba los mejores consejos. ¿Cómo no extrañar a una mujer así? Trabajadora, noble, paciente, amorosa; ella era la luz en la oscuridad, la esperanza en medio del desastre, la mujer que con su particular forma de pensar y ver la vida, llenó de alegría y amor la vida de todos quienes la conocieron.
Ejemplo de retrato
Mi padre se llamaba Esteban Duarte Diniz, y era portugués, cuarentón [...] y alto y gordo como un monte. Tenía la color tostada y un estupendo bigote negro que se echaba para abajo. [...] Era áspero y brusco y no toleraba que se le contradijese en nada, manía que yo respetaba por la cuenta que me tenía.
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