TEMA 7: La poesía de 1939 hasta la actualidad.
Este tema se ha creado con el libro de Oxford y de Micomicona
Lo que está en azul son comentarios de las obras y poesías.
1. Contexto histórico.
El uno de abril de 1939 termina la Guerra Civil española y se imponen cuarenta años de dictadura franquista, hasta la muerte del general Franco en 1975. La literatura sigue su curso en estrecha relación con las consecuencias de la Guerra Civil. Muchos de los escritores han desaparecido (Lorca ha sido asesinado; Hernández muere abandonado en prisión) o se han visto obligados al exilio, como Alberti, Cernuda, Altolaguirre o León Felipe. Dentro del país algunos artistas son censurados o viven un “exilio interior”, esto es, disconformes con el régimen dictatorial y con la represión cultural, no abandonan el país, pero quedan sometidos a la prudencia del silencio o al acallamiento de su nueva obra: Aleixandre, Dámaso Álonso, Juan Gil-Albert. Ya en democracia, es importante destacar las primeras elecciones democráticas de 1977 y la Constitución de 1978.
2. Miguel Hernández (1910-1942).
Debido a su temprana muerte Miguel Hernández es un autor difícil de clasificar entre los poetas de después del 39. Antes de la guerra tuvo contacto con los autores de la Generación del 27, como puede verse en la obra Perito en lunas. El rayo que no cesa, de 1936, está formada principalmente por sonetos que reflejan una pasión amorosa violenta pero irrealizada. Viento del pueblo, ya de 1937, es una obra de poesía militante. En Cancionero y romancero de ausencias, al dolor del poeta por la cárcel se le suma la muerte de su primer hijo y la situación de pobreza que afrontan su mujer y su otro hijo. De dicho poemario sobresalen las “Nanas de la cebolla”.
Sobre las obras de Miguel Hernández:
Enlace a poemas de Viento del pueblo, donde se advierte su resistencia contra el fascismo, su manera de alentar a los milicianos republicanos, así como su espíritu socialista. Hay en esta obra himnos, elegías y arengas.
Para leer “Las nanas de la cebolla”, del poemario Cancionero y romancero de ausencias, pincha AQUÍ. Esta obra la escribió Miguel Hernández durante su estancia en la cárcel, ya que fue hecho prisionero por su apoyo a los republicanos. Allí recibió la carta de su mujer Josefina Manresa, quien le comunicó que tanto ella como su bebé solo tenían pan y cebolla para alimentarse. De esta pena, el poeta decidió escribir a su hijo “Nanas de la cebolla” y una carta desoladora para su esposa.
POEMA HECHO CANCIÓN "PARA LA LIBERTAD" (DE MIGUEL HERNÁNDEZ)
3. Poesía de los años 40.
En los años 40 conviven dos tendencias principales: la poesía arraigada y la poesía desarraigada.
Forman parte de la poesía arraigada, por un lado, los poetas vinculados a Falange y a la revista Escorial, con obras con un contenido político explícito de defensa de los ideales del régimen y, por el otro, los poetas vinculados a la revista Garcilaso. Estos últimos, más formalistas, recuperan las estructuras métricas clásicas para escribir sobre Dios, el amor y el paisaje. La obra más importante es La casa encendida, de Luis Rosales, en la que el hogar simboliza un mundo acogedor. Otros poetas de lo que se denominó generación del 36 fueron Luis Felipe Vivanco, Dionisio Ridruejo y Leopoldo Panero.
En cuanto a la poesía desarraigada, 1944 es un año clave para la producción poética en España. Aparecen Sombra del paraíso, de Vicente Aleixandre e Hijos de la ira, de Dámaso Alonso, una obra en verso libre que refleja la soledad, el sentimiento de protesta y la falta de sentido de la existencia.
He aquí el poema más importante de Hijos de la ira, “Insomnio”:
Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas).
A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna.
Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,
por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid,
por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.
Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día, las tristes azucenas letales de tus noches?
Ambas obras serán fundamentales para la aparición de la llamada poesía desarraigada, cuyos temas principales son la visión pesimista y angustiada, la disconformidad con la realidad y la interpelación a un Dios arbitrario y cruel. Los autores más significativos son Blas de Otero, Rafael Morales, José Hierro o Vicente Gaos.
Blas de Otero muestra en Ángel fieramente humano y en Redoble de conciencia el ansia de lo eterno, la soledad y la conciencia de la muerte a través de imprecaciones a Dios. En cuanto a José Hierro, su obra más significativa de este periodo es Tierra sin nosotros.
BREVE COMENTARIO DEL POEMA
Poema “Hombre” de la obra Ángel fieramente humano.
Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,
al borde del abismo, estoy clamando
a Dios. Y su silencio, retumbando,
ahoga mi voz en el vacío inerte.
Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte
despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo
oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando
solo. Arañando sombras para verte.
Alzo la mano, y tú me la cercenas.
Abro los ojos: me los sajas vivos.
Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas.
Esto es ser hombre: horror a manos llenas.
Ser —y no ser— eternos, fugitivos.
¡Ángel con grandes alas de cadenas!
En este soneto la voz poética muestra lo que supone ser un hombre, el horror de estar condenado a la muerte. Y ello en medio del silencio de un dios que no solo ignora al hombre (“su silencio, retumbando”), sino que le trata con violencia y crueldad cuando le pide ayuda (“alzo la mano, y tú me la cercenas …Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas”).
4. Poesía social (principios de los años 50).
A partir de la década de los 50, se cultiva de forma dominante una poesía ético-estética de crítica social. La poesía se convierte en un instrumento de repercusión social y política. Se reclama un nuevo orden social ante los pequeños cambios de reorganización nacional: “la poesía es un arma cargada de futuro”, exclama Gabriel Celaya. La literatura de esta década sigue las teorías del filósofo J.Sartre que defendía un arte como instrumento para cambiar el mundo.
Frente a la poesía recargada o compleja precedente, los escritores de los 50 eligen un lenguaje sencillo y coloquial, casi prosaico, para dirigirse a una inmensa mayoría y a la clase media incipiente. Se trata de ser accesible con el propósito de ganar lectores y despertar conciencias críticas contra la situación política de la dictadura. Sus máximos representantes son Gabriel Celaya, Blas de Otero, José Hierro y Ángela Figuera Aymerich. Gabriel Celaya publicó en 1955 Cantos iberos; Blas de Otero y José Hierro se centran en el nosotros y en la perspectiva social, con obras como Pido la paz y la palabra y Cuanto sé de mí, respectivamente.
Fragmento de un poema de “Pido la paz y la palabra”, de la obra Pido la paz y la palabra.
Me llamarán, nos llamarán a todos.
Tú, y tú, y yo, nos turnaremos,
en tornos de cristal, ante la muerte.
Y te expondrán, nos expondremos todos
a ser trizados ¡zas! por una bala.
Bien lo sabéis. Vendrán
por ti, por ti, por mí, por todos.
Y también
por ti.
(Aquí
no se salva ni dios. Lo asesinaron.)
escrito está. Tu nombre está ya listo,
temblando en un papel. Aquel que dice:
abel, abel, abel… o yo, tú, él…
POEMA DE ÁNGELA FIGUERA AYMERICH
No quiero
que los besos se paguen
ni la sangre se venda
ni se compre la brisa
ni se alquile el aliento.
No quiero
que el trigo se queme y el pan se escatime.
No quiero
que haya frío en las casas,
que haya miedo en las calles,
que haya rabia en los ojos.
No quiero
que en los labios se encierren mentiras,
que en las arcas se encierren millones,
que en la cárcel se encierre a los buenos.
No quiero
que el labriego trabaje sin agua
que el marino navegue sin brújula,
que en la fábrica no haya azucenas,
que en la mina no vean la aurora,
que en la escuela no ría el maestro.
No quiero
que las madres no tengan perfumes,
que las mozas no tengan amores,
que los padres no tengan tabaco,
que a los niños les pongan los Reyes
camisetas de punto y cuadernos.
No quiero
que la tierra se parta en porciones,
que en el mar se establezcan dominios,
que en el aire se agiten banderas
que en los trajes se pongan señales.
No quiero
que mi hijo desfile,
que los hijos de madre desfilen
con fusil y con muerte en el hombro;
que jamás se disparen fusiles
que jamás se fabriquen fusiles.
No quiero
que me manden Fulano y Mengano,
que me fisgue el vecino de enfrente,
que me pongan carteles y sellos
que decreten lo que es poesía.
No quiero amar en secreto,
llorar en secreto
cantar en secreto.
No quiero
que me tapen la boca
cuando digo NO QUIERO…
5. Poesía del Medio Siglo (finales de los años 50).
Los llamados poetas de Medio Siglo abandonan la idea de la poesía como comunicación para defender que esta debe ser una herramienta de conocimiento y de indagación de la propia experiencia. Sus características principales son, en primer lugar, el autobiografismo que implica el intento de integrar la vivencia individual en la circunstancia histórica, como en las obras Salmos al viento de José Agustín Goytisolo o Las personas del verbo de Jaime Gil de Biedma. Al mismo tiempo, es fundamental la diversidad temática: se abordan distintos temas, como el amor (Palabra sobre palabra de Ángel González), la amistad, el paso del tiempo o la evocación de la infancia. El lenguaje empleado es conversacional e intimista; a pesar de que estos poemas son aparentemente claros y sencillos, existe un distanciamiento irónico de las propias emociones. Aparte de los citados, destacan José Ángel Valente o Francisco Brines.
Poema de Ángel González, “Me basta así” de su poemario Palabra sobre palabra
Canción de rock del poema "Palabras para Julia", de José Agustín Goytisolo
6. Los novísimos (mediados de los 60 / comienzos de los 70).
El movimiento de los novísimos comienza con la publicación de Arde el mar de Pere Gimferrer en 1966 y será definitivamente reconocido en la antología Nueve novísimos poetas españoles de 1970, de José María Castellet.
Los novísimos se han definido por su culturalismo. Es decir, numerosos poemas se inspiran en personajes históricos y obras artísticas, o bien incorporan citas de otros textos (como en la obra de Luis Alberto de Cuenca). Son también frecuentes las referencias a la cultura de masas, como muestra el poema “La muerte en Beverly Hills” de Gimferrer. Otra característica importante es el escapismo: en general, en la poesía novísima no hay referencias a la situación social de España, sino que crean espacios de evasión. Las temáticas se centran en muchos casos en el esteticismo y el decadentismo. En cuanto al estilo, se caracteriza por el barroquismo y la influencia de las vanguardias: el lenguaje es rico y elaborado y la recuperación del surrealismo es clave en autores como Antonio Martínez Sarrión, Leopoldo María Panero o José Miguel Ullán.
La muerte en Beverly Hills, de Pere Gimferrer
En las cabinas telefónicas
hay misteriosas inscripciones dibujadas con lápiz de labios.
Son las últimas palabras de las dulces muchachas rubias
que con el escote ensangrentado se refugian allí para morir.
Última noche bajo el pálido neón, último día bajo el sol alucinante,
calles recién regadas con magnolias, faros amarillentos de
los coches patrulla en el amanecer.
Te esperaré a la una y media, cuando salgas del cine -y a
esta hora está muerta en el Depósito aquélla cuyo
cuerpo era un ramo de orquídeas.
Herida en los tiroteos nocturnos, acorralada en las esquinas
por los reflectores, abofeteada en los night-clubs,
mi verdadero y dulce amor llora en mis brazos.
Una última claridad, la más delgada y nítida,
parece deslizarse de los locales cerrados:
esta luz que detiene a los transeúntes
y les habla suavemente de su infancia.
Músicas de otro tiempo, canción al compás de cuyas viejas
notas conocimos una noche a Ava Gardner,
muchacha envuelta en un impermeable claro que besamos
una vez en el ascensor, a oscuras entre dos pisos, y
tenía los ojos muy azules, y hablaba siempre en voz
muy baja- se llamaba Nelly.
Cierra los ojos y escucha el canto de las sirenas en la noche
plateada de anuncios luminosos.
La noche tiene cálidas avenidas azules.
Sombras abrazan sombras en piscinas y bares.
En el oscuro cielo combatían los astros
cuando murió de amor,
y era como si oliera muy despacio un perfume.
Gimferrer, Pere
En este poema vemos las referencias a la cultura de masas, por ejemplo aparece el cine, la música y Ava Gardner; y los elementos surrealistas, como las metáforas irracionales “magnolias” para sugerir las mangueras o “ ramo de orquídeas” para representar el cuerpo de una muchacha.
7. La poesía en democracia.
Las tendencias mayoritarias de la poesía en democracia (la llamada poesía de la experiencia) buscan recuperar la conexión con el lector plasmando las vivencias y emociones de la vida cotidiana. La ambientación es urbana y contemporánea y en muchos casos se incluyen elementos narrativos. Se reivindica una función civil de la poesía (tiene que reflejar valores éticos esenciales) y se retoma la temática amorosa, como en Habitaciones separadas de Luis García Montero o en las obras de Almudena Guzmán o de Benjamín Prado. El lenguaje empleado es coloquial y se recuperan, en algunos casos, las formas métricas tradicionales. Paralelamente a la poesía de la experiencia, la poesía del silencio propone una vuelta a la idea de la poesía como conocimiento. Renuncia a lo narrativo y lo sentimental, inspirándose en el poeta José Ángel Valente. Los temas principales son la reflexión metalingüística sobre el lenguaje, la preocupación por la muerte (en Libro del frío de Antonio Gamoneda) o la búsqueda de lo absoluto, como en la obra de Andrés Sánchez Robayna.
En las últimas décadas destaca una poesía meditativa, bien de celebración de la existencia como en el caso de Carlos Marzal, bien de melancolía por el paso del tiempo como en la obra de Felipe Benítez Reyes. Más recientemente, ha surgido un boom de la poesía joven (Marwan, Irene X, Elvira Sastre), que tiene su origen en las redes sociales.
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