- Ejercicios sobre estilo directo e indirecto.
-EL DIÁLOGO EN EL TEATRO. EJEMPLO:
PICNIC. DE FERNANDO ARRABAL.
1º FRAGMENTO
(La batalla hace furor. Se oyen tiros, bombazos, ráfagas de ametralladora. ZAPO, solo en escena, está acurrucado entre los sacos. Tiene mucho miedo. Cesa el combate. Silencio.ZAPO saca de una cesta de tela una madeja de lana y unas agujas. Se pone a hacer un jersey que ya tiene bastante avanzado. Suena el timbre del teléfono de campaña que ZAPO tiene a su lado.)
ZAPO.-Diga... Diga... A sus órdenes mi capitán... En efecto, soy el centinela de la cota 47... Sin novedad, mi capitán... Perdone, mi capitán, ¿cuándo comienza otra vez la batalla?.. Y las bombas, ¿cuándo las tiro?.. ¿Pero, por fin, hacia dónde las tiro, hacia atrás o hacia adelante?.. No se ponga usted así conmigo. No lo digo para molestarle... Capitán, me encuentro muy solo. ¿No podría enviarme un compañero?.. Aunque sea la cabra... (El capitán le riñe.) A sus órdenes... A sus órdenes, mi capitán. (ZAPO cuelga el teléfono. Refunfuña.)
(Silencio. Entra en escena el matrimonio TEPÁN con cestas, como si vinieran a pasar un día en el campo. Se dirigen a su hijo, ZAPO, que, de espaldas y escondido entre los sacos, no ve lo que pasa.)
SR. TEPÁN.- (Ceremoniosamente.) Hijo, levántate y besa en la frente a tu madre. (ZAPO, aliviado y sorprendido, se levanta y besa en la frente a su madre con mucho respeto. Quiere hablar. Su padre le interrumpe.) Y ahora, bésame a mí. (Lo besa en la frente.)
ZAPO.-Pero papaítos, ¿cómo os habéis atrevido a venir aquí con lo peligroso que es? Iros inmediatamente.
SR. TEPÁN.- ¿Acaso quieres dar a tu padre una lección de guerras y peligros? Esto para mí es un pasatiempo. Cuántas veces, sin ir más lejos, he bajado del metro en marcha.
2º FRAGMENTO
Zepo, soldado del otro bando, llega hasta la trinchera. Zapo, dubitativo, lo detiene. No tardan en identificar sus situaciones, ninguno sabe exactamente por qué está allí, luchando...
SRA. TEPÁN.-Esto es lo agradable de salir los domingos al campo. Siempre se encuentra gente simpática.(Pausa.) Y usted, ¿por qué es enemigo?
ZEPO.-No sé de estas cosas. Yo tengo muy poca cultura.
SRA. TEPÁN.- ¿Eso es de nacimiento, o se hizo usted enemigo más tarde?
ZEPO.-No sé. Ya le digo que no sé.
SR. TEPÁN.-Entonces, ¿cómo ha venido a la guerra?
ZEPO.- Yo estaba un día en mi casa arreglando una plancha eléctrica de mi madre cuando vino un señor y me dijo: « ¿Es usted Zepo? Sí. Pues que me han dicho que tienes que ir a la guerra.» Y yo entonces le pregunté: «Pero, ¿a qué guerra?» Y él me dijo: «Qué bruto eres, ¿es que no lees los periódicos?» Yo le dije que sí, pero no lo de las guerras...
ZAPO.-Igualito, igualito me pasó a mí.
SR. TEPÁN.-Sí, igualmente te vinieron a ti a buscar.
SRA. TEPÁN.-No, no era igual, aquel día tú no estabas arreglando una plancha eléctrica, sino una avería del coche. .
SR. TEPÁN.-Digo en lo otro. (A ZEPO.) Continúe. ¿Y qué pasó luego?
ZEPO.-Le dije que además tenía novia y que si no iba conmigo al cine los domingos lo iba a pasar muy aburrido. Me respondió que eso de la novia no tenía importancia.
ZAPO.-Igualito, igualito que a mí.
ZEPO.-Luego bajó mi padre y dijo que yo no podía ir a la guerra porque no tenía caballo.
ZAPO.-Igualito dijo mi padre.
ZEPO.-Pero el señor dijo que no hacía falta caballo y yo le pregunté si podía llevar a mi novia, y me dijo que no. Entonces le pregunté si podía llevar a mi tía para que me hiciera natillas los jueves, que me gustan mucho.
SRA. TEPÁN.- (Dándose cuenta de que ha olvidado algo.) ¡Ay, las natillas!
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