TEMA 3. LA POESÍA DE LA GENERACIÓN DEL 27. NIVEL 4º ESO O 2º BACHILLERATO
1. Contexto histórico.
La Generación del 27 es un grupo de autores, renovadores de la poesía lírica en castellano, que publicaron sus principales obras en las décadas de los años 20 y 30 del siglo XX. Internacionalmente, este periodo se caracteriza por los “felices años 20”, momento de aparentemente estabilidad y crecimiento económico que se vio fatalmente interrumpido por el crack del 29 y por el auge de los fascismos y totalitarismos en Europa.
Por otro lado, es el periodo de consolidación de la Revolución rusa de 1917, así como un momento de fuertes tensiones sociales y de intensas luchas obreras y reivindicativas.
En España, el periodo comprende la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), la II República (1931-1936) y la Guerra Civil (1936-1939).Tanto la República como el conflicto bélico influyeron radicalmente en los autores de la Generación del 27, muchos de los cuales participaron de forma activa en la República y fueron asesinados tras el golpe de estado de 1936 o forzados a exiliarse. Otros autores, como veremos, permanecieron en España, o bien por afinidad ideológica o bien en un exilio interior, ejerciendo su influencia en la literatura española de la década de los 40.
2. Características generales.
La Generación del 27 es un grupo de autores con unos intereses comunes y unos vínculos de amistad entre ellos que tuvieron influencias en común tales como las siguientes:
El magisterio de Juan Ramón Jiménez.
El vanguardismo y las greguerías de Ramón Gómez de la Serna.
El pensamiento y la obra de Ortega y Gasset.
El vanguardismo europeo.
La tradición literaria española (Góngora, San Juan de la Cruz).
El acto cultural que dio origen al nombre de generación del 27 fue la conmemoración en 1927 del tercer centenario de la muerte de Góngora. Se concibió que formaron parte de una generación por factores como estos:
Tuvieron una formación intelectual semejante; proceden de familias burguesas liberales, mantienen estancias en el extranjero y tienen una sólida formación literaria.
Mantuvieron relaciones de amistad, de hecho, algunos vivieron en la Residencia de Estudiantes de Madrid. “La Resi”, fue un lugar decisivo para los poetas de la joven literatura del 27. Además, la voluminosa correspondencia conservada, las dedicatorias de sus poemarios o las elegías que escriben tras la muerte de alguno de los miembros del grupo demuestran los lazos de amistad que existen entre ellos.
Difunden sus poemas en las mismas revistas literarias: Litoral, Carmen, Verso y prosa, Gallo o Caballo Verde para la Poesía.
Tradicionalmente, se considera que pertenecen a la generación del 27 Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Federico García Lorca, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Emilio Prados, Rafael Alberti, Luis Cernuda y Manuel Altolaguirre. A estos nombres hay que añadir a autoras como Concha Méndez, Rosa Chacel, María Zambrano, Mª Teresa León, Ernestina Champourcín y Josefina de la Torre, que participaron junto con otras artistas (Maruja Mallo, Ángeles Santos, Remedios Varo…) de la efervescencia cultural de estos años.
En cuanto a las características generales de la literatura del 27 podemos resaltar las siguientes:
Sincretismos de tradición popular y culta.
Uso de la tradición y de la vanguardia (ismos).
Predominio del lirismo, con una lengua muy actual, pero selecta.
Se oscila entre las estrofas y medidas tradicionales (octavas, décimas, sonetos, romances, verso endecasílabo y octosílabo) y el versículo o verso libre de vanguardia: ritmo logrado por la repetición o progresión de ideas, paralelismos y gradaciones.
Temática: se tratan los grandes temas universales (el amor, la muerte, el paraíso perdido, el choque entre deseo y realidad), pero también se absorben las influencias del creacionismo, ultraísmo y surrealismo.
3. Etapas. Autores y obras más significativas.
Hasta 1928. Poesía deshumanizada.
Las publicaciones de estos autores durante la década de los años 20 tienen en común la influencia de los movimientos de vanguardia y novecentistas propios de la época, como la poesía pura de Juan Ramón Jiménez o el concepto de arte deshumanizado de Ortega y Gasset. Al mismo tiempo, existen diferencias significativas en sus planteamientos, que siguen tres posibles líneas de desarrollo: el neopopularismo, la poesía pura propiamente dicha y el creacionismo.
El neopopularismo es el modo en que se manifiestae en España la tendencia primitivista de las vanguardias. La desconfianza hacia el progreso implica una vuelta al origen, que en los autores de la Generación del 27 se encarna en la infancia perdida o en el folclore. Como ejemplo de esta nostalgia por la infancia podríamos citar Marinero en tierra de Rafael Alberti, obra en la que el mar simboliza el paraíso infantil por oposición a la ciudad, mundo artificial de los adultos. Destaca la rima asonante, la brevedad o el uso de un léxico sencillo. En cuanto a la recuperación de elementos folclóricos, la obra más significativa es Romancero gitano, de Federico García Lorca. Se trata de un poemario compuesto por 18 romances protagonizados por gitanos idealizados que representan al hombre salvaje y primitivo en lucha contra una civilización opresora, encarnada por la guardia civil.
Gimiendo por ver el mar
Gimiendo por ver el mar,
un marinerito en tierra
iza al aire este lamento:
¡Ay mi blusa marinera!
Siempre me la inflaba el viento
al divisar la escollera.
Rafael Alberti. Marinero en tierra
En cuanto a la poesía pura, recoge los planteamientos de Juan Ramón Jiménez: se elimina lo descriptivo o anecdótico y el lenguaje poético se somete a un proceso de depuración o despojamiento retórico, predominando el verso corto y la aspiración a la palabra exacta. Esta influencia se rastrea en las obras Cántico, de Jorge Guillén, donde celebra con júbilo la realidad y la plenitud del instante; y La voz a ti debida, de Pedro Salinas, donde la voz poética a través del amor descubre el út sustancial de la persona amada.
Perfección
Queda curvo el firmamento,
Compacto azul, sobre el día.
Es el redondeamiento
Del esplendor: mediodía.
Todo es cúpula. Reposa,
Central sin querer, la rosa,
A un sol en el cénit sujeta.
Y tanto se da en el presente
Que el pie caminante siente
La integridad del planeta.
Cántico, de Jorge Guillén.
Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!
Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
“Yo te quiero, soy yo”.
Pedro Salinas, La voz a ti debida, 1933.
El creacionismo, junto con el ultraísmo, está muy presente en las primeras obras de Gerardo Diego, como Manual de espumas.
Nocturno
Están todas
También las que se encienden en las noches de moda
Nace del cielo tanto humo
que ha oxidado mis ojos
Son sensibles al tacto las estrellas
No sé escribir a máquina sin ellas
Ellas lo saben todo
Graduar el mar febril
y refrescar mi sangre con su nieve infantil
La noche ha abierto el piano
y yo las digo adiós con la mano
Gerardo Diego, Manual de espumas
De 1929 a 1936. Rehumanización.
Este periodo se caracteriza sobre todo por la influencia del surrealismo, que llega a los autores de la Generación del 27 a través de su relación con el poeta Pablo Neruda. Supone la exploración del subconsciente en sus obras, lo que implica tanto el desafío a la moral establecida como la rebeldía frente a las convenciones sociales. Para ello, los poetas emplean tanto imágenes o metáforas irracionales (“la última fiesta de los taladros”, Lorca) como asociaciones libres de palabras (“Las nubes no salen de tu cabeza, pero hay peces que no respiran”, Vicente Aleixandre).
La realidad y el deseo, de Luis Cernuda, es un ejemplo de este tipo de influencia. En esta obra el yo poético expresa el choque entre el deseo erótico (frecuentemente simbolizado por las nubes) contra la realidad agresiva (un muro) que se opone a su cumplimiento, abocando al yo poético a la soledad.
Sobre los ángeles, de Rafael Alberti, representa a través de ángeles caídos que acosan al yo poético las distintas frustraciones y preocupaciones del mismo.
Poeta en Nueva York es una de las obras cumbre de Federico García Lorca. En ella recoge sus impresiones de una visita a Nueva York en 1929, utilizando la imagen surrealista para mostrar una airada protesta contra la civilización mercantilista y mecánica de nuestro tiempo, con ecos de denuncia social. También del mismo autor, y de marcada influencia surrealista, es la elegía Llanto por Ignacio Sánchez Mejías.
En cuanto a Vicente Aleixandre, uno de los poetas de la Generación del 27 más influidos por el surrealismo, podemos destacar las obras Espadas como labios y La destrucción o el amor.
Por el East River y el Bronx,
los muchachos cantaban enseñando sus cinturas,
con la rueda, el aceite, el cuero y el martillo.
Noventa mil mineros sacaban la plata de las rocas
y los niños dibujaban escaleras y perspectivas.
Pero ninguno se dormía,
ninguno quería ser el río,
ninguno amaba las hojas grandes,
ninguno la lengua azul de la playa.
Por el East River y el Queensborough
los muchachos luchaban con la industria,
y los judíos vendían al fauno del río
la rosa de la circuncisión
y el cielo desembocaba por los puentes y los tejados
manadas de bisontes empujadas por el viento.
Pero ninguno se detenía,
ninguno quería ser nube,
ninguno buscaba los helechos
ni la rueda amarilla del tamboril.
Cuando la luna salga
las poleas rodarán para tumbar el cielo;
un límite de agujas cercará la memoria
y los ataúdes se llevarán a los que no trabajan.
Nueva York de cieno,
Nueva York de alambre y de muerte.
¿Qué ángel llevas oculto en la mejilla?
¿Qué voz perfecta dirá las verdades del trigo?
¿Quién el sueño terrible de tus anémonas manchadas?
Fragmento de poema, de Poeta en Nueva York, de Federico García Lorca.
Después de 1939.
La Guerra Civil supone una fractura terrible para los autores de la Generación del 27. Lorca es asesinado por los franquistas al comienzo de la contienda. Alberti, Guillén o Cernuda se ven obligados a exiliarse, mientras que Gerardo Diego, Dámaso Alonso y Aleixandre permanecen en España. Gerardo Diego se centrará, sobre todo, en la poesía religiosa (Versos divinos) y amorosa (Canciones a Violante y Sonetos a Violante). En cuanto a Aleixandre y Dámaso Alonso, sus obras de 1944 Sombra del paraíso e Hijos de la ira, respectivamente, sentarán las bases de la poesía desarraigada de los años 40.
Con respecto a los poetas en el exilio, sus referencias a España oscilarán entre dos tendencias: o bien la evocación nostálgica, que podemos encontrar en Clamor de Jorge Guillén, poemario que supone la entrada del dolor y la injusticia en la poesía del poeta, o bien una visión crítica y desdeñosa, como en Desolación de la quimera de Luis Cernuda.
Quwy
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